lunes, 5 de septiembre de 2016

Día Internacional de la mujer indígena - El acto de creación - Eliane Potiguara

Eliane Potiguara en una disertación

(Buenos Aires)

Con motivo de celebrarse el día 5 de septiembre el Día Internacional
de la mujer indígena, la escritora brasileña de origen indígena Eliane Potiguara nos envía su texto:
el acto de creación:

 

Día internacional de la mujer indígena
el acto de creación: ¡el comienzo de la cura!

El acto de creación es un acto de amor. Amor a sí mismo, amor al prójimo, amor a la naturaleza. Sea crear un texto, una música, una pintura o cualquier otro arte. Mas, para llegar hasta allí, muchos caminos fueron bloqueados, tuvimos que tomar mucha agua envenenada; muchos fantasmas tuvimos que enfrentar. Permanecemos como un río que muere, que no corre y que no hace eco al encontrarse con las piedras. Nos tornamos una hambre desesperada por lo nuevo, enflaqueciendo en nuestra fecundidad. En fin, un camino árido e infértil. Estuvimos enclaustrados dentro de nosotros mismos. Mas no aguantamos más y decimos basta! Es hora de crear pacientemente lo nuevo!

Ahí soltamos las amarras que sofocan nuestra alma, nuestra ánima, nuestra esencia, para que los pájaros puedan cantar de nuevo dentro de nuestro espíritu. Parece todo muy simple. Pero no lo es. Reencontrarnos con nuestro ser primitivo, con nuestra intuición, con nuestro ser útil, con nuestros ancestros, con nuestra fuerza interior, es un desafío diario, principalmente cuando la fuerza impone fuerzas sociales, psicológicas, político-económicas maléficas, que lanzan las simientes de la enfermedad del alma y que allá en la frente se transforman en enfermedades de la mente y del cuerpo. Nuestro cuerpo puede estar doliente, porque nuestra alma lo está. Y tenemos que buscar la cura del espíritu, la cura del ánima. Solamente nosotros mismos podemos hacer eso, así como solamente nosotros mismos podemos sentir el acto del nacimiento, cuando nacemos, y el acto de la muerte, cuando morimos. Son actos sólo nuestros. Nadie puede sentirlos. Por eso, cuando muere un pariente indígena, sus pertenencias son todas depositadas en su tumba. Somos seres colectivos, pero antes tenemos nuestra individualidad, inclusive nuestra soledad, como en el acto de pensar y de escribir.

En los tiempos actuales, es hora del desafío. Extirpar el monstruo que nos mata en el día-a-día es dura tarea. Primero se sufre callado. Hay los que se acostumbran con el dolor, la opresión y la represión social y política, desembocando en el desequilibrio y la locura. Mas hay los que claman, después de los malos tiempos. ¡Hay los que berrean! En este momento, se abre una puerta. La transformación dentro de nosotros sólo se da cuando identificamos el enemigo interno (algunas veces el enemigo somos nosotros mismos) y lo rechazamos, de la manera que fuera. Entonces podemos parecer locos, pero en el acto de "vomitar" es que está la transformación del espíritu ¡para el nuevo hombre, para la nueva mujer! Sufrimos y no estamos aquí para sufrir. El Creador ofrece grandes dádivas de vida para su hijo, si no El no crearía tantas bellezas, tantos mares, planicies, cielos, montañas, pájaros, seres humanos, ad infinitum… Y cuando el hombre natural y la mujer natural gritan dentro de nosotros queriendo volver hacia la casa primitiva ha llegado la hora de la transformación. Considera que el significado de natural y primitivo nada tiene que ver con la historiografía, pero sí con el interior humano, medular, esencia espiritual, ser sutil, la casa del alma, ancestralidad. Cuando perdemos los tesoros de Dios y quedamos desnudos y decimos basta, ha llegado la hora de la creación. Quedamos quietos, sentimos soledad, soledad que parece que mata, que maltrata, mas es necesaria. Y entramos en otras esferas superiores y sagradas. Ese salvaje sagrado que fue rescatado, y que ya estaba dentro de nosotros y no sabíamos, está también "recreándonos" e hinchándonos de amor y fortaleciéndonos. Nace la creatividad. Y renacemos. Y florecemos hacia el futuro. El proceso de creación emana de algo que surge y que va creciendo en nuestra médula; es como un nuevo amor en nuestros corazones. Va creciendo y no tenemos riendas para asegurarlo. Es un volcán. Es la (r)evolución del espíritu. Es el éxtasis. Es el insight para el nuevo ser humano.

Y ese único acto de creación es lo suficiente para alimentar un océano, así como la leche dulce y materna de una joven madre es lo suficiente de vuelta un ser nacido prematuramente. En el acto de la creación se da la purificación del espíritu, del ánima, del alma y consecuentemente la purificación del cuerpo y la extirpación de los viejos tumores, viejos fantasmas… El término "purificación" no está ligado a facciones religiosas o connotaciones cristianas. El término se refiere al ser primero, al ser sutil, a las comprensiones simples de que el amor, la comprensión, el diálogo y la cooperación son cimientos para el nuevo hombre, la nueva mujer.

El proceso anterior a la creación el sufrimiento, el corazón endurecido, el ánima deshecha y ahora neutralizada y transformada en polvo, delante de la grandiosidad de la BÚSQUEDA por la transformación y purificación del espíritu. Todo eso es simplemente política, la política de la existencia. CREEMOS, entonces… porque la creación es un acto divino que tiende a cambiar las conciencias, formar opiniones, suavizar el individualismo que ronda las mentes.

Y la mujer indígena, que pasó por toda suerte de masacres a lo largo de la historia, condicionadas al miedo y al racismo, sobreviven porque son creativas, shamanas, visionarias, curanderas, guerreras y guardianas del planeta. Su inconsciente colectivo ancestral florece a cada acto de creación de ellas, porque son capaces de besar las cicatrices del mundo, en un acto de caridad.

Y la palabra de ellas es sagrada como la tierra que da el alimento al prójimo, alimento de la CURA en todos los sentidos.

Retornando al personaje de nuestra trama, la Cuñataí, después del sufrimiento de pérdida de sus tierras, de su familia y de su conciencia de mujer indígena se revuelve y desahoga sus dolores reflejados en los textos a seguir, porque, más allá del destierro, no consigue saber el paradero de su hombre.

IDENTIDAD PERDIDA

Mañana es el último día que vuelvo aquí

Voy a prestar las cuentas

Voy a tirar esas ropas suyas

Y voy a lavar mi alma

Sé que voy a ser feliz

O de lo contrario voy a vivir en la inercia de la propia existencia


(c) Eliane Potiguara

Río de Janeiro

Brasil
Traducción al español: Jorge Antonio Garcia Perez

 

 

ELIANE POTIGUARA é escritora e professora indígena, Cavaleira da Ordem ao Mérito da Cultura, indicada ao Prêmio Nobel da Paz em 2005. Participa do Projeto Escolas Sustentáveis e Com Vida da UFOP (Universidade Federal de Ouro Preto) Minas Gerais. É embaixadora da Paz.
www.elianepotiguara.org.br

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Traducción de Jorge Antonio Garcia Perez

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